miércoles, 18 de febrero de 2009

Cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.


Coplas por la muerte de su padre
Jorge Manrique

Ayer por la mañana asistí al entierro de la madre de Miguel Fernández. Miguel es padre de Montespiño y marido de Claudia la excelente y cariñosa profesora de Educación Física. Miguel jugó con nosotros hace años; debutó en la liga de padres en “X men” el equipo de las camisolas amarillas en el que militaban Chuky, Jesús Urrutia el padre de Martín, Luis López-Pardo del Coren de primera hora, Juan Vizcaíno, el ex Promesas Chema López-Pardo Cienfuegos-Jovellanos (de profesión “decidor do nome”) y demás compañeros mártires que ahora no recuerdo.
Miguel, por motivos de trabajo no puede jugar los sábados por las mañanas, sin embargo hemos disfrutado con él muchas tardes de miércoles. Argentino y con una técnica envidiable es todo un espectáculo, daría mucho que hablar en nuestro campeonato. Pero por desgracia hoy le recordamos por un triste suceso y pedimos una oración por el descanso de su generosa madre (d.e.p.).


Mientras el sepulturero echaba las palas de tierra sobre el féretro no pude por menos que pensar sobre la inconsistencia de la vida y la fragilidad de sus inquietudes. Todo carece de importancia ante la postrimería, ante el ineludible tránsito hacia la eternidad. Como la cosa empieza a acojonar cambio de registro inmediatamente.
Entre palada y palada también me dio por reconsiderar que antes de Navidad otro añorado “compañeiro” Alberto Vara, las pasó canutas con un bichito que le produjo una infección pulmonar de considerable gravedad y de la que todavía se está recuperando. ¡Que poco nos preocupamos, a veces, de las cosas importantes y cuanto tiempo perdemos tontamente con las nimiedades! ¿A caso no había espacio para una entrada en el blog dándole nuestro apoyo? Mea culpa, Alberto, mea máxima culpa.
Alberto llegó a La Coruña para trabajar en Inditex y, por supuesto, para jugar en el campeonato; nos trajo a Nacho Solá, a Carlos Díaz Gridilla, a Antonio Gonzalo y a medio equipo que como no podía ser de otro modo se llamó Inditex, precursor de Wencasfer. Con él jugaron, también, Pancho Holguín y Pablo Pérez que ahora militan en Burguer; y consiguió de Insulae el traspaso del súper portero Eduardo Sanjurjo que en la actualidad hace las delicias de Coren y la amargura de sus contrarios.
Mucho le debe el campeonato a Alberto y poco se lo hemos agradecido. Es más cuando el equipo empezó a flojear presentando pocos efectivos en los partidos o, en ocasiones, no presentándose, tomamos la equivocada decisión de excluirlos en la segunda vuelta de un torneo. Personalmente no consideré la posibilidad de que se sintiese molesto, es más creía que se le quitaba un peso de encima porque el equipo no funcionaba y le suponía un engorro el estar detrás de personas poco comprometidas. A la vuelta del verano nos enteramos de la poca gracia que le había hecho. Bueno, poca no, más bien ninguna. Sin embargo su comportamiento fue ejemplar, digno de un caballero, sin palabras altisonantes, sin murmuraciones y mucho menos sin anónimos. Gracias Alberto y disculpa; ahora con tristeza me doy cuenta de lo absurdamente que hemos bajado el listón.


En esta misma línea de elegancia en las formas y rectitud de intención en el fondo está el caso de Guzmán y Fuso, que curiosamente también refresqué en el sepelio. Va de cadáveres dejados por el camino. Guzmán Ocampo, primero y Alfonso Gutiérrez después ocuparon la plaza de delegado del equipo BBVA, que luego fue Repsol y ahora es Burguer King. Los dos han tenido motivos más que suficientes para sentirse minusvalorados después de los muchos servicios prestados. Pero ninguno de los dos reaccionó de mala manera. Guzmán prefirió quedar en un segundo plano y Fuso eligió una salida elegante sin aspavientos ni alharacas. ¡Qué buen ejemplo para quien quisiese aprender! Mis mal enjuiciados Sisiberto y D. Opas os pido perdón, con vosotros en Guadalete no se habría perdido España.

Y para terminar traigo a colación a otro que aguantó con romance incluido: Carlos Carretero, sí aquél que le echó los huevos suficientes para montar el equipo de Coren. Y todo por una nimiedad, si comparamos con lo reinante, me ratifico hemos bajado el listón. Nuestro querido Carlos estuvo sin jugar, por dignidad no por lesión, una buena temporada . . . y tampoco levantó la voz, ni conminó a los suyos, ni montó el follón. Y no hicimos ademán de acercamiento ni enviamos embajadas en misión reconciliadora, simplemente ignoramos. Lo siento de veras.


Alberto, Guzmi, Fuso y Carlos
¡que buenos caballeros si tuviesen buen Señor!
Visto lo acontecido podrían unirse al Conde de Romanones en su famosa frase: “Joder que tropa”. Vale.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En primer lugar mi pésame a Miguel, perder una madre es una pérdida muy grande y sentida.
En segundo lugar no sabía lo de Alberto Vara, le deseo una pronta recuperación, y en tercer lugar si te parece poco lo que pasó entonces, también te puede parecer poco lo que ha pasado ahora.
Venga,más juicio y menos orgullo mal entendido. ¡Pelillos a la mar y el sábado a jugar!
Adalberto

Gilgado dijo...

No se puede estar en todo.
Nacho Amostegui me en vía esto: “Alberto Vara también me trajo a este campeonato con Repsol hace tres años. Yo conocía a Díaz Gridilla de Riofisa y me presento a Alberto en Coruña. Que por cierto, ambos se conocían también de Riofisa.”
Es cierto pero empezaste a jugar en Inditex ¿no?

Anónimo dijo...

Lamento, Miguel, el fallecimiento de tu madre.

En cuanto a lo de nuestro Gilgado, estoy en la linea de Adalberto.No creo que sea para tantoo.Lo que ocurre es que por más que lo deseemos, algunos no podemos darle al campeonato la prioridad que quisíeramos, por unas razones u otras(laborales,familiares,etc).No veo ninguna razon para disculparse , Jose.

Saludos.
Guzman