
Tengo el antebrazo y la muñeca añorando la vilipendiada escayola. Tantos días soñando con el momento de la liberación para esto. Para encontrarme con un antebrazo y una muñeca que no reconozco. El primero debe haber llegado de la casa de Dómine Cabra y la segunda de alguna fiesta universitaria tipo “San Canuto”. El primero no sirve ni para echar a la sopa y la segunda me hace menos caso que un adolescente.
Los entendidos me aseguran que poco a poco, que con la rehabilitación . . . pero no se cuenta con la crisis. O el SERGAS no puede asumir más gastos o a mí me ha tocado la china. Mi madre no se lo creía: -pero si aquí van a rehabilitación hasta las señoras mayores.
Sí mamá pero en Madrid gobiernan otros. Aquí “temos moitos gastos e poucos cartos” y claro tenemos prioridades. Además la vida ha subido

Menos mal que con el negocio eólico ya están sentadas la bases de una próspera relación entre los poderes públicos y los inversores de toda la vida.
¿Y de lo mío qué?
4 comentarios:
Siempre quejándote, lo que hay que hacer es ponerse a andar, anda con esto, anda con lo otro, o mejor, mete la manaza en este sitio, ahora en el otro.
Que la rehabilitación la tienes que hacer tú, y quizás si te perdonan, después estarás REHABILITADO.
Oye! No serias tu el que estabas vestido de Berm... Perdon, de cazador el sabado?. Es que me ha dado un flash y se me ha ocurrido que pudiera ser!
Servidor, el sábado más que cazador fué cazado... por los de la granja.
hay que ver que agudo estás cuando quieres.
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