Jornada triunfal de Coren

Siguen los fastos . . . y de mañana con nubes y claros, algo de frío, buen ambiente en la grada con grupos de aficionados alevines e infantiles, pinturas de guerra estilo “a por ellos”, sonrisas y carcajadas, abrazos y alegría, profusión de cámaras, entrega de camisola de honor y pasillo al campeón incluido.
Nunca antes se viera cosa igual, tanto deleite contagioso, tanta felicidad sincera de los compañeros de equipo, padres casi todos y todos amigos. Nano Lobo vino acompañado de su hermana a quien su madre había pintado la cara con los colores corporativos y un “Coren” en la frente ¿Quién da más? Santi Estévez se hizo acompañar por dos ángeles sobre ruedas y aunque dicen los versados que son seres asexuados a mí me parecieron niñas. Y la familia Caridad aportó a la concentración: Pater, filio et filia. Tampoco podía faltar al evento, porque no falla nunca, Nachete Louro que ha visto tantas derrotas como ha sufrido su papá, estando a las duras bien se merece estar a las maduras.
Hace unas semanas hubo un pobre infeliz que cegado por la falta de ponderación y ejerciendo una solidaridad mal entendida se atrevió, la ignorancia es atrevida, a aseverar que solo un equipo (el suyo claro) estaba formado por amigos y no por mercenarios. Pues me temo que un observador imparcial podría llegar a la conclusión de que los jugadores de Coren más que amigos son una familia. Las lindas señoritas Lobo, Estévez y Caridad se reúnen para disfrutar, porque sus padres también disfrutan; ellas con sus cosas, ellos con el fútbol. Las interrelaciones en este equipo son variadas, las hay para todos los gustos: entre hijas e hijos, entre padres, entre madres, entre maridos, entre mujeres, entre solteros, casados y divorciados . . . ¡eh! que no hay divorciados . . . en el pueblo de mi madre en verano se solía hacer un partido de solteros contra casados, en los diez últimos años no se ha podido y ahora se ha propuesto hacer uno de solteros contra divorciados.
El previo al partido dio para mucho, se aprovechó para entregar al Míster una camiseta con el 10 y su nombre. Otro detalle de cariño y agradecimiento que para ser una panda de sucios mercenarios no está nada mal. Y encima el equipo rival les hace el pasillo con aplausos y carantoñas, antes de empezar. Una vez que sonó la bocina de inicio les cambiaron unos y otras por goles y chanzas. Cosas que tiene el fútbol; amigos sí, pero “a vaquiña polo que vale”.
Yo cuando gane, si es que vuelvo a ganar, quiero un mes de celebraciones como Coren. Es más quiero fiesta todos los santos fines de semana del año. Quiero cata, degustación, o vulgar trago, de caldos envejecidos en barrica de roble. Quiero celebrar los cumpleaños, los santos y los no cumpleaños. Quiero que me feliciten todos los equipos. Quiero pasillo con reportaje fotográfico de tres cámaras o más. Quiero . . . un equipo como el de Coren.

El caso es que a las diez y los fastos Coren perdió ante Promesas y eso que no jugó Luciano. Creo que por siete a cinco. Si me equivoco me lo hacéis saber.

Y a las once y pico Fadesa empata a cinco contra Wencasfer en un partido tremendamente igualado. No digo más que hay mucha foto.

Después Burguer no se presenta y se juega una pachanga, entre Insulae y un equipo plagado de estrellas comandado por D. Ignacio.