Hace unos días, por imperativo legal y porque me dolía la leche, visité las instalaciones de www.familydentcoruna.es con una mano en la cara y la memoria en el mamón del sacamuelas que hace tiempo se ensañó conmigo como si supiese que “me iba a cagar en tos sus muertos”, después de su trabajito. Lo que realmente le dije no lo pongo aquí porque hay niños delante; alguno se preguntará ¿que será que no hayan oído tus niños ya en el polideportivo? Pero es que no se trata de mis niños, sino de los del sacamuelas, vamos de sus hijos, porque después de la “desfeita” que me hizo el condenado los secuestré y estoy negociando su rescate; aunque no por eso tienen que escuchar palabrotas y groserías. Está claro que el capullo ese no sabía con quien se la estaba jugando.
Pues con estos antecedentes, nada edificativos, empujé la puerta del mencionado establecimiento y . . . volví a empujar como respuesta al sonidito que hacen las puertas automáticas cuando quieren que las abras, y . . . seguí empujando y empujando y aporreando y me disponía a reventarla a patadas cuando una amable señorita se interpuso entre mi cabreo y el triste destino de la pobre puerta. Con una sonrisa en la boca (menudos dientes se nota dónde trabaja) me hizo saber que no era cuestión de empujar sino de tirar; ya sabéis por cosa de la seguridad esa y de la evacuación y demás zarandajas que como pude comprobar, aquí son muy profesionales incluso en los detalles pequeños; no como el mamón del sacamuelas del que sigo acordándome.
Empezamos bien, pensé para mis adentros doloridos y después de un caluroso recibimiento que si que tal están lo niños, que si hace mucho que no ven a Araceli, que si la abuela fuma . . . ¡Anda! Se me había olvidado decir que www.familydentcoruna.es está atendida por dos de las hijas de José Vicente Echevarría (que juega en Burguer), a las que he visto crecer . . . bueno crecer, crecer . . . no, porque siempre han estado muy creciditas, son unas jóvenes de altura, altas y delgadas ♪♫♪♪“como su padre, morena salada, como su padre (que dice la canción)”♫♫♪♫
Como iba relatando, después de los saludos de rigor me pasaron a una de las consultas donde, una vez realizada la revisión preliminar me indicaron que lo mejor sería tener una radiografía panorámica como medida de arranque para un mejor tratamiento de mi molestia. Vaya contrariedad, tendría que acudir a otro establecimiento con el engorro del desplazamiento, la espera . . . etc. Pero me equivocaba, resulta que solo tendría que entrar en otra sala y allí mismo, me lo solucionarían. Ni corto ni perezoso para allá que fui.
Como iba relatando, después de los saludos de rigor me pasaron a una de las consultas donde, una vez realizada la revisión preliminar me indicaron que lo mejor sería tener una radiografía panorámica como medida de arranque para un mejor tratamiento de mi molestia. Vaya contrariedad, tendría que acudir a otro establecimiento con el engorro del desplazamiento, la espera . . . etc. Pero me equivocaba, resulta que solo tendría que entrar en otra sala y allí mismo, me lo solucionarían. Ni corto ni perezoso para allá que fui.
“Colóquese aquí, por favor, en una postura cómoda y mantenga entre los dientes, con la boca cerrada esta parte. Procure no moverse mientras le hacemos la orto . . . no sé qué”. ¡Que maravilla! Estaba ante una máquina con un aspecto formidable, tan nueva, y parecía tan prodigiosa que seguí con pulcritud todas las indicaciones recibidas. A los pocos segundos entran en la sala y me dicen: “ya está, acompáñenos a la consulta”. En ese momento me dispuse a seguir a la auxiliar pero me fue imposible, algo me lo impedía. Intenté zafarme, desengancharme del artilugio al que estaba sujeto, pero no pude; una fuerza sobrehumana me mantenía adherido a la posición que pretendía abandonar. De nuevo la amable voz me decía: “Por favor, sígame”. Y mi voluntad se veía contrariada de nuevo, mi cuerpo no lograba desgajarse de aquella máquina, por más que lo pretendía no había forma. Lo intenté mediante el engaño, haciendo como que me iba por la derecha para, en un movimiento rápido, desmarcarme por la izquierda; como si nada. Recurrí al regate corto estilo Agüero, al largo, a la doble bicicleta, a la ruleta del maestro Zidane, a la carga reglamentaria, a la carga adalbertiana, al empujón ignaciano, al choque fernandino, a la obstrucción por Caridad, al disimulo requeniano, al requiebro estevecino, al pundonor lourino, al disparo linarense, a las sanjurjadas paradas, a las permitidas vizosadas . . . a todas las artimañas buenas, malas y regulares de todos los sábados . . . pero no había forma, no me desplazaba, no me alejaba no me desunía; tal era la magnitud de la potencia que me soldaba al maldito artefacto que llegué a pensar que jamás me desprendería. ¿Como le iba a explicar a mi mujer que tendríamos que tirar un tabique de nuestro dormitorio para albergar semejante mastuerzo? Me imaginaba la cara del renting al intentar rescindir el contrato porque el vehículo no me daba el servicio que necesitaba en mis traslados con mi nueva integridad física. Me veía ridiculizado en el blog por algún anónimo inmisericorde que sin apiadarse de un servidor escribiese en los comentarios:
“erase un hombre a una máquina pegado,
erase un artilugio superlativo,
erase un Gilgado atrapado,
erase un mamotreto prohibitivo . . . "
Hasta que ocurrió un milagro, una proeza, un prodigio . . . la misma voz, revestida de una autoridad sobrenatural me recriminó: “Pero puede dejar de morder y soltar el mecanismo. ¡Que se lo va a cargar!, ¡asco de tío! Pero ¿Quién nos enviará esta tropa?
El resto de los sucesos acontecidos en tan prestigiada institución no los puedo contar ya que una productora local ha comprado los derechos para la versión cinematográfica. Todas mis dolencias fueron convenientemente tratadas por especialistas de primer orden y quedé sumamente satisfecho, incluso con el descuento, aunque un poco avergonzado por los traspiés dados. Vale.
P.D.: Tenemos un convenio con “family dent” para obtener un descuento del 10% aplicable a todos los jugadores del campeonato, así como a sus familias. Está en la C/ Nicaragua 23, bajo.
3 comentarios:
¿Cómo voy a vender yo publicidad, si la hace de tanta calidad, frescura, humor, y ejemplo propio el sr. Gilgado?
Enhorabuena FAMILY DENT. Os habéis puesto en tan buenas manos como las vuestras.
El anónimo era yo
Adalberto
Publicidad subliminal o pago de comisiones?
En cualquier caso me alegro de que tus diestes esten felices.
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