Españoles, ¡Franco ha muerto!

Y
nosotros
seguimos
VIVOS

¡Oeeeeé, oé, oé, oé
oeeeeeé, oeeeeeé!
¡Oeeeé, oé, oé, oé,
oeeeeeé, oeeeeeé!

Y
nosotros
seguimos
JUGANDO

Y
seguiremos
oyendo
los
cánticos
de
guerra:

¡Coooooooooren! ¡Cooooooooooren!
¡Fa-de-sa! ¡Fa-de-sa! ¡Fa-de-sa!
¡Así, así, así gana Insulae!
¡Hala bin, hala ban, Wencasfer ganará!
¡Buuuuuuuuurguer . . . King!
¡Sí, sí, sí, Promesas ya está aquí!

Queridos compañeros de fatigas, ¡nos quedamos!
Sí, habéis leído bien, no tenemos que cerrar el chiringuito.
En el colegio nos quieren y nuestras reivindicaciones han sido atendidas.

El pasado martes, como os había anunciado, remití un escrito a la dirección con un poco de crónica por aquí, alguna reflexión por allá, algunos extractos programáticos por acullá . . . en fin unos ciento cincuenta folios, más o menos como el auto de Garzón, de letra “Arial” de ocho puntos y sin apenas márgenes. Vamos todo un suplicio para el lector y . . . ¡oye!, mano de santo. Atrás quedan cuatro largos años gastando palabras que parece se lleva el viento, sin conseguir fijar las ideas en la mente del receptor. Sin embargo basta unir cuatro frases seguidas, explicadoras de las mismas ideas que antes intentamos transmitir verbalmente, para como por ensalmo poder conquistar las mentes y los corazones que tantos prejuicios y malentendidos albergaban.
También, mucho han tenido que ver en la nueva disposición, las buenas mediaciones de algunos de vosotros y los apoyos recibidos de muchos otros.
No obstante y sin ánimo de ser pesimista, porque sorpresas hemos tenido unas cuantas y lo que parece desenredado podría volver a enredarse, Dios no lo permita, voy a terminar este post con un viejo adagio romano que por denostado no es menos cierto:

“si vis pacem, para bellum”.

Enhorabuena y a disfrutarlo; nos vemos el sábado.
Se ruega puntualidad.

¡Oeeeé, oé, oé, oé
oeeeeeé, oeeeeeé!
¡Oeeeé, oé, oé, oé,
oeeeeeé, oeeeeeé!