Sé lo que hicísteis el último sábado (14 de junio)

Resultados

PROMESAS 7 - 6 WENCASFER

COREN 0 - 3 REPSOL

INSULAE 7 -2 FADESA

A Las diez y con permiso de los piquetes se proyectó el “flim” (antes se decía pinícula) Promesas voló sobre el nido del cuco Wencasfer.


Dicen que la huelga de transportistas, o del transporte, o de la patronal del transporte, o de los autónomos transportistas, o de lo que sea . . . pues eso, que dicen que entre los múltiples afectados destacan los productos perecederos y hasta los pobres animales pasan hambre. He aquí que una pobre ave desesperada por alimentar a sus poyuelos anidados, decidió hacer una incursión sobre el colegio. De todos es conocido y hasta los pájaros lo saben que los escolares son una fuente de aprovisionamiento que calma la sed de sus necesidades. No hay recreo que se precie en el que los chavales no dejen por el suelo rastro de los tentempiés que sus amorosas mamás depositan en sus nutridas mochilas; circunstancia esta que aprovechan los animalillos para satisfacer su instinto de supervivencia.

Desde las alturas una pájara vislumbró (a vista de pájara todo se comprende mejor) la posibilidad de hacer la compra llenando el carro a un precio asequible y se lanzó hacia el polideportivo justo en el instante en que el bocinazo anunciaba el inicio del encuentro.

El lado oscuro de la fuerza ha vuelto

Un Lord Sith habita entre nosotros

En un lado se encontró con unos jóvenes apuestos engalanados de rosa y negro, correteando de un lado para otro sin muchas ganas. Pensó la pájara que sería uno de los cuatro recreos de los que gozan nuestros discentes y por ende nuestros docentes y que a poco tardar sacarían los bollicaos, u otros productos de bollería industrial, que a los implumes sientan tan mal y que a los pájaros sientan tan bien. Por tanto, nuestra protagonista, decidió asentar sus reales en el larguero de la portería que defendían, eufemísticamente hablando, los de Promesas.

Fran espantó la pájara de su portería y comenzó el principio del fin de Wencasfer

¿Qué pasó? Os estaréis preguntando los pocos que leen estas crónicas al completo. Pasó lo que suele pasar cuando tienes encima la pájara, que te empiezan a meter goles y no te enteras. Wencasfer, con un equipo de circunstancias y solo cinco efectivos, se montó en la apisonadora y cantando “vamos de paseo, pí, pí, pí, en un auto nuevo, pí, pí, pí” fue clavando hasta seis goles recibiendo uno solo a cambio. Y no se pusieron el mono de trabajo como suelen hacer, quizá porque faltaba el capataz Vizoso y el cancerbero Germán, sino que sin bajarse del autobús (en este caso maquinaria de obra pública) parecían tener el curro terminado.

El Ave Fénix justo antes de renacer de sus cenizas






Pero no siempre lo que mal empieza mal acaba. Transcurridos unos minutos desde el inicio de la segunda mitad, la pájara cansada de perder plumas por los constantes balonazos encaminados hacia esa portería, decidió remontar el vuelo para venir a posarse en la otra, pero ni por esas podía estar tranquila, seguía habiendo demasiado alboroto para su gusto y pensó para sus adentros: “como faltan quince minutos me vuelvo al lugar de donde he venido que seguro que cuando dejen de jugar, los chavales, sacarán la merendilla y habrá merecido la pena esta tensa espera”. Y ni corta ni perezosa volvió a cruzar el espacio que le separaba de su primer destino.

Brais la cuela entre tres jugadores y Ruben desmarcado

Y de repente los bostezos de los espectadores dieron paso a los chascarrillos: “a buenas horas empiezan a jugar estos”, “¡oye!, que los de Wencasfer parecen cansados”, “¡caspita!, que esto se pone como la eurocopa y al final se anima la cosa” . . . Y Brais cogió su fusil y se puso a disparar y el balón comenzó a entrar . . . una, dos, tres, gol de Rubén, cuatro, cinco y seis de Brais que más uno, que tenían en las alforjas, subieron al marcador en una increíble remontada.

Para cuando la pájara decidió marcharse, cansada de esperar y molesta por los pelotazos, no quedaba tiempo ni para la reacción ni para nada. El castillo de Wencasfer se vino abajo como las defensas francesas en la segunda guerra mundial, una vez que los alemanes superaron la Línea Maginot (supuestamente infranqueable, hasta que la probaron). Total que esto es fútbol y que hasta el rabo todo es toro, y el que quiera saber más que le pregunte por el chiste a Adalberto.

A las once y cuarto los piquetes impidieron el acceso a las instalaciones y no se pudo jugar el partido entre Coren y Repsol.

Una furgoneta de reparto, creemos que de Coca Cola por el color aunque sin distintivos que lo acredite, atravesada en medio del portón de entrada, impidió el paso a los esquiroles que pretendían entorpecer el sagrado derecho a la huelga. Ante esta actitud amenazante y porque era sábado por la mañana no se acercaron ni las fuerzas de seguridad.


A las doce y media el partidazo del siglo (por lo menos). Insulae iguala a puntos a Fadesa, pero se ve favorecida por el gol average (con permiso de D. Ignacio).

Hubo una gran afluencia de seguidores de las dos escuadras

Este partido se tenía que haber grabado pero no puede ser estar en Misa y repicando. Lástima, porque fue muy disputado y de máxima corrección.

Y nada de tapujos por parte de ninguno de los dos contendientes, trajeron lo mejor que tenían, conocedores de la importancia del resultado. A Insulae solo le servía la victoria para depender de si mismo y a Fadesa le bastaba

con el empate.

Como decía Álvaro Pardo en los prolegómenos Fadesa solo pierde contra Insulae que los seis puntos que gana se los deja en otros enfrentamientos, a priori, menos complicados.

Empezaron marcando los grises, bien entrada la primera mitad, en una desafortunada parada de D. Ángel que vio como entraba la pelota llorando, después de haber conseguido interceptar el disparo. Mala suerte que pudo ser endulzada por los dos goles que hicieron los suyos en los diez últimos minutos, en sendos fallos que fueron los únicos que se permitió Insulae a lo largo del encuentro. Todo estaba tan igualado que hasta Diego quiso emular a su homólogo rival, volviendo la cara en un disparo que entró por el palo corto. Sería la segunda y última vez que tendría que agacharse a recoger el balón alojado en sus redes.

Últimamente Insulae ha tenido problemas con los cambios, acostumbrados a ir con seis jugadores, o menos, cuando se encuentra con el banquillo repleto reina el desconcierto; pero esto cambió el sábado y los tres cambios se hicieron de forma ordenada y sin aspavientos de ningún jugador. El orden imperaba dentro y fuera del partido y probablemente esto fue lo que, a la postre, le otorgaría la victoria.
La segunda parte se inició como había terminado la primera, hasta los diez minutos no se consiguió empatar el partido y tres minutos después Insulae se ponía por delante. Quizá la clave del resultado final estuviese en esos instantes, en los que Diego hizo honor al título de súper portero con dos intervenciones magníficas que de no realizarlas habrían desbaratado las esperanzas de su equipo. También la ausencia de Álvaro, en la grada, durante los momentos en los que su equipo empezó a ceder influyó en la ventaja del rival. Para cuando regresó nada se pudo hacer, Insulae jugaba cómodamente replegado sobre su campo y saliendo en contragolpes mortales, como el de Santi y su bicicleta delante de un desamparado Ángel que poco o nada podía hacer.

Muy abultado el resultado para la poca diferencia, si es que hay alguna, entre los dos equipos.
Y estupendo el retorno del Jedi Jose María, que hizo las delicias a los unos y las travesuras a los otros.