Sé lo que hicísteis el último sábado (21 de junio)

Resultados

COREN 3 – 8 FADESA
PROMESAS 8 – 9 REPSOL

INSULAE 14 – 1 WENCASFER

A las diez y pico Fadesa arrolla a Coren.
Y eso que se presentaba bien la mañana para Coren. Dos nuevas y buenas incorporaciones hacían poner los pelos como escarpias a Ignacio que por el contrario creía contar con cinco jugadores justos para Fadesa.

Pero ni por esas, al contrario que la canción de Aute, no toda la vida es cine y sin embargo los sueños, sueños son. Dos fichajes de película, por un lado Eduardo, viejo conocido del campeonato, temido por los rivales por ser uno de los mejores porteros que se recuerdan desde que hace cinco años empezamos a jugar; y por otro Rubén que se estrenaba pero a quien su fama le precedía. La idea no era mala, cambiar en la portería para que Carlos que había cumplido con creces como portero, volviese a su puesto reforzando al equipo. Tampoco era malo que Rubén aportarse algo de pulmón, cuya carencia es el defecto dominante que sufre el equipo de Xacobe Esteve, sobre todo en las segundas partes.













Pero como dicen los clásicos en tiempo de mudanza mejor no hacer cambios, y teniendo en frente a Fadesa siempre son tiempos de mudanza. Aún así el experimento salió bien durante la primera mitad, con jugadas interesantes, como la protagonizada por Diego con un gol de los que le gustan a él, a su equipo y hasta al contrario. Sin embargo Coren notaba mucho las rotaciones de Rubén, se necesitaba otro jugador de sus características y no lo había.

Si pinchas en las fotos se agrandan

Fadesa que se plantó con ocho jugadores, suele aprovechar los resquicios que le dejan y puso a prueba las manos de Eduardo que defendió la portería como pudo y salió con ellas calentitas. Ignacio se hinchó a marcar, disfrutando de la posición en la que es dueño y señor, sin marca y con pasillo abierto hacia la portería. Álvaro, suelto por todo el campo, jugó a placer: distribuyó, regateó, asistió, disparó y no oyó (los sonidos que le zumban los oídos las mañanas complicadas). Chechu que llevaba encima kilómetros del día anterior, salió vivo y podía haber jugado otro partido similar.
En definitiva mucha tranquilidad para Jose y para Marcos, Ángel con poco trabajo y todos a disfrutar de la primera jornada de calor.

A las once y cuarto más el pertinaz retraso vuelve la pájara que, esta vez, prefirió acompañar a Promesas en la segunda parte.

Oye, que parecía la continuación del partido del sábado pasado. Casi los mismos colores lucían sobre la pista: el rosinegro y el naranja algo desleído.
La última crónica nos situaba en una remontada espectacular de Promesas que parecía no querer terminar el encuentro con Wencasfer aplicando la misma medicina sobre el lomo de Repsol. El cuartel general de Promesa decidió no hacer diferencias entre hermanos y si habían untado a Adrián con el bálsamo de Fierabrás, Manu no podía ser menos para no suscitar ningún tipo de envidias entre ellos y . . . así untaban, así, así . . . así untaban, así, así . . . así untaban, así, así . . . así untaban que yo les vi.
Untaron hasta siete veces y entonces entonaron: ¡aihooooooo! . . . ¡aihooooooo! . . . ¡aiho! ¡aiho! A casa a descansar ¡lalalalá! ¡lalalalá! ¡aiho! ¡aiho! . . .

Y tanto ruido despertó a la pájara que dormitaba placidamente sobre el larguero de Repsol y al observar el jolgorio de los "perfectamente uniformados" se dijo: “¡Un sarao! ¡Con lo que a mí me gustan! ¡Allá voy!" . . . El final del cuento es el mismo que el de la semana pasada, Repsol añadió ocho al gol que tenía y Promesas añadió uno a los siete con los que contaba.

¿Volverá la pájara el próximo sábado? Aviso: los de Insulae tienen una escopeta de aire comprimido . . . y funciona.

A las doce y media Insulae gana a un mermado Wencasfer.

Wencasfer presentó un equipo de compromiso, las muchas ausencias y la lesión de Adrián al inicio del partido redactaron la sentencia capital.

Poco hay que añadir, solo agradecer a Miguel, a los hermanos Iglesias y a los hermanos Crsitobo el que dieran la cara cuando lo fácil hubiese sido no presentarse. Además de un ejemplo a seguir es un refuerzo para el futuro del grupo. Aunque parezca paradójico los equipos se forjan a fuerza de sacrificio.

Ni una mala cara durante los sesenta interminables minutos