No hace mucho las cosas estaban más ordenadas. Noviembre era el mes de los difuntos; el pueblo recordaba sus seres queridos y la Iglesia oficiaba por sus almas. Pero llegó “Jalowin” y cambiamos los huesos de santo por el “tontidisfraz” de zombi de venta en los chinos.
Diciembre nos traía el Adviento, preludio de la Navidad y de la fiesta de los RR. MM. de Oriente. Pero llegó el munícipe de turno con el alumbrado público de estrellas y angelotes con arpa que a toda velocidad se fue metiendo en las últimas semanas del mes anterior. Nos colaron a un señor gordo, barbado y con traje rojo, de cuyo trabajo anterior en la coca-cola debieron despedir, para anunciarlo por todas las esquinas, subirlo por las ventanas, bajarlo por las chimeneas y meterlo en la cabeza de nuestros infantes.
El carnaval enterraba su sardina, la víspera del miércoles de ceniza, cuarenta días antes de la Semana Santa. Pero llegó la moda de expandir el disfraz más allá de lo aconsejado y todavía podremos ver el sábado la, artificiosamente, alargada sombra de D. Carnal.
Así, nos tocan tiempos dónde todo se mezcla, las cosas se confunden y no hay quién se aclare . . . ¡Esto es un lío! El martes íbamos de fiesta y uno de los invitados no vino. El equipo naranja nos puso, a eso de las once, de rojo ira, primero, y de verde esperanza después. Tenemos depositados nuestro verde y nuestra esperanza en la buena gestión, que tendrá que realizar para sacar adelante su Anarquía, de José Antonio Abelaira.
Huargo F.C. fue su primera víctima y esperamos que la última. Porque los señores jugadores de Huargo no se levantan para encontrarse una victoria regalada por la incomparecencia. Se levantan con la ilusión y las ganas de disputar un partido, meter muchos goles y que les metan pocos. Y Michel Gosende se fastidia y no entra en la primera “tabla de goleadores” porque no se presentó el rival, o mejor dicho se presentó con cuatro valientes; dos de los de antes y dos incorporaciones nuevas. Así que se acabó el carnaval para Anarquía y comienza su purificación . . . su cuaresma.
A las doce y cuarto, por error, Insulae da la bienvenida al nuevo equipo “La-Estilo”. Una bienvenida excesiva porque no hay tanta diferencia entre los dos equipos. Pero los nuevos pagaron la novatada, no todos los jugadores se conocían y llegaron sin cambios, frente a los perros viejos eternos segundones de cualquier torneo que finalice. Fernando de Uña no estaba para jugar, se resentía de la pierna derecha, por eso solo jugó la segunda parte, y eso que iba a probar cinco minutos, anotando cuatro goles y encaramándose a la primera posición del trofeo Pichichi. Eso, Michel, para que le ofrezcas montaditos de jamón a media mañana. ¡Escucha!, al enemigo ni agua.
A las doce y cuarto, y con puntualidad británica, el partidazo de los dos equipos con una estrella en su camisola. Peter’s se impone a Coinasa en un partido muy disputado que dejó contentos a los dos equipos. Para ser una escuadra campeona hay que, primero, creérselo y segundo ser disciplinados. A eso de las once y cuarto llegaban los primeros jugadores de Coinasa, a las doce menos cuarto tenían ocho o nueve jugadores preparados (media hora antes de su encuentro) y Peter’s prácticamente igual. Caballeros, tenemos dos espejos dónde mirarnos. Dios quiera que el sábado tengamos seis.
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