Jugando bajo la lluvia

Los temores sobre el cambio de hora se mostraron infundados.
La hora menos de sueño solo afectó al personal de seguridad de las instalaciones, que uno por otro y el portón sin abrir. Los jugadores del Huargo F.C. y los de La-Estilo esperaban pacientes el acceso al campo de batalla y a las once y veinte pudieron dar rienda suelta a sus anhelos.
Los de amarillo ya empiezan a ser considerados como la fiebre amarilla y no como los corderitos camino del matadero que en su debut pudieron parecer. Desde ese partido inicial mucho ha cambiado el cuento y cuando sus rivales me preguntan por los nuevos y por el resultado abultado y engañoso de su primer partido, suelo responder lo mismo: “era la primera vez que jugaban juntos y su primer partido en el campeonato”. Así para Insulae pareció fácil, que no lo fue durante la primera parte; a Peter’s se lo pusieron complicado; a Anarquía se los desayunaron y a Huargo . . . mejor lo cuenta Oscar el delegado del equipo:
“El partido Huargo vs La-Estilo ha sido digno del patrocinio de cualquier marca de detergente; impoluto. La-Estilo, ha ganado merecidamente a Huargo, con un equipo muy equilibrado en cuanto a técnica y físico se refiere, en el que todos poseen una buena ración de ambos, por lo que ninguno sobresale en demasía por encima del resto. Aun así, destacan dos o tres jugadores que tiran bastante del equipo. Huargo no ha tenido su día, ha realizado un mal partido, descolocados, con dos cantadas clamorosas e impotentes ante el continuo movimiento de la delantera de La-Estilo que provocaban el reajuste continuo de la defensa de Huargo.”
El torneo se hace interesante cuando cualquier equipo puede alzarse con la victoria en cualquier partido, y cuando se estabilice Anarquía lo habremos conseguido.
De la puntualidad del primer partido pasamos a la impuntualidad del segundo.
A las doce tenía que empezar el clásico Coinasa vs Insulae.
A las once y media empezaron a llegar los primeros jugadores blanquiazules. Saludamos a Juan Carlos Vargas “Fillo”, al súper portero Igor, a su atlético hijo Xavier, a Pancho . . . etc.
A las doce menos cuarto llegaron Tono y Javi Cristobo de Anarquía y seis o siete jugadores de Peter’s . . . y eso que su partido estaba fijado para las doce y cuarto.
. . . ¿Y los de Insulae? ¿Dónde coño están los de Insulae? . . . pues una vez recuperado del ataque de angustia que me produce cada sábado, mirar para un lado y para otro buscando a los míos y ver camisetas de todos los colores, rosas, amarillas, azules . . . de todos los colores menos de los míos . . . tengo que decir que todavía no sé dónde coño estaban los jugadores de Insulae.
A las doce menos diez éramos Víctor, Fernando y un servidor. Como Fer es el Comité de Disciplina, hecho hombre, se comunicó a nuestros educados rivales que “si a y cinco no éramos cinco jugadores” dábamos por perdido el encuentro. ¡Maldita sea! ¿Por qué tuvieron que llegar dos más? . . . si mejor nos hubiese ido perdiendo por tres a cero en vez de por catorce a no sé qué. Pero lo que mal empieza mal acaba.
A las doce y tres minutos, Chuky se calzaba las botas y hacía acto de presencia sobre el terreno de juego y a la carrera llegaba Adal para que el equipo pudiese cumplir con el reglamento y con la derrota más grande que jamás se le ha infligido: doy fe. Empezado el encuentro y comenzado el desastre llegó Rubén y después el portero Ángel. Cuando le metieron el primer gol animó al equipo: “vamos muchachos, no pasa nada, uno a cero”. Y alguien le respondió: “¡no . . . cinco a cero!”. Llevábamos veinte minutos de partido.
Luego que si Chuky se tuerce el tobillo y que a Rubén se le estira de más un abductor . . . y sin un cambio que llevarse a la boca.
¿Y Coinasa? . . . a por todas. No perdió un minuto. Vamos que creo que era el minuto uno cuando Xavi coceó la bola con una potencia descomunal que resultó imparable aunque el portero la vio desde que salió de su bota. Con ese golazo abrió el melón que fue degustado nueve o diez veces en los primeros treinta y cinco minutos y otros tres o cuatro en los siguientes. Encima nos mojamos como no nos habíamos mojado nunca. Coinasa nos mojó la oreja juagando casi al primer toque durante todo el partido. Jorge Neves nos dio un baño; Adolfo Obeso nos dio dos. Quedamos tan limpios que casi parecíamos transparentes. Dani mojó, Christian mojó; Pancho y Fillo dejaron la defensa, ¿para qué querían defensa?, y también mojaron. En fin que unos jugando bajo la lluvia y otros . . . cantando bajo la lluvia . . . “♪♫dancing and singing in the rain♫♪”.

¡Damas y caballeros! ¡Niños y niñas! Se hace saber que todos aquellos que jueguen contra Insulae (equipo atemporal), deben llegar con puntualidad e iniciar el partido a la hora estipulada. Se asegura que habrá cinco jugadores y que se podrá ganar el partido con facilidad.

El Atlético Peter’s, que siempre llega con tiempo suficiente, tuvo que esperar, acompañado de Anarquía (equipo en construcción), a que terminase el partido anterior. Los dos también se mojaron en la primera parte pero en la segunda se secaron. Los anaranjados plantaron cara hasta los últimos quince minutos en que se vinieron abajo arrastrados por el peso de sus errores en defensa. Es verdad, ¿para qué nos vamos a engañar?, tener un portero es importante en este juego y ellos no lo tienen. Este es el momento de meter una cuña publicitaria: “Se busca portero para equipo en construcción. Se ofrece un puesto seguro casi todos los sábados del año; buena compañía en un ambiente selecto digno de los más altos paladares. Interesados acudid al Inef, el próximo sábado, en horario de 10 a 12h, con la vestimenta adecuada, provisto de guantes y las credenciales correspondientes. Estatura mínima: metro y medio (bien medido).”
Y del partido ¿qué decir que no se haya dicho? Pues poco más, que otra prueba superada por los sonrosados y que su delegado pablo se nos lesionó, como se puede comprobar en las fotos. Que vuelvas pronto, no tardes que tus compis son capaces de ponerse la segunda estrella sin ti.

Se me olvidaba. Alguien se dejó unas botas rojas en el vestuario dentro de una bolsa azul de adidas. Y alguien se dejó un balón, también rojo, repletito de impresiones con el escudo nacional, fuera del vestuario. El sábado los llevaré.