Pues eso que decía que antes de nada y de que os riáis de mis fotos, tengo a bien aclarar lo del título, ya que me temo que alguna victima del sistema educativo español, entre las que me encuentro, no sepa de trinitarios y crea que “estamos a falar” de la Trinity de Matrix.
“Y va a ser que no” (entrecomillo porque no es correcta esta expresión, pero me mola): Los trinitarios eran y son una orden religiosa que se dedicaba, y no sé si se dedica, a rescatar cautivos del turco. No, no, no me refiero del turco presidente Erdogan, a más de uno le gustaría que cautivase a ZP, en el sentido estricto del término con cadenas y todo, porque en el sentido romántico ya lo tiene cautivado y le susurra al oído melodías amorosas de alianzas de civilizaciones y otras zarandajas.
A lo que íbamos, los padres trinitarios buscaban recursos económicos con los que hacer frente al rescate de los desdichados cristianos que habían caído en su poder y no tenían fondos propios con los que pagar a sus captores. Esta labor muy apreciada cuando pintábamos mucho en el panorama internacional, tuvo entre sus beneficiarios, nada más y nada menos que a Miguel de Cervantes quien relató magistralmente la vida en las prisiones y el rescate de algunos soldados de los tercios a manos, en esta ocasión, de una bellísima mora que pretendía cristianarse.
No me queda más que pedir el auxilio de los trinitarios porque necesito ser rescatado de mi triste y sobrevenida situación. Me explico, el pasado sábado no hubo fútbol, incomprensiblemente abandonamos el proyecto Montecelo por falta de adhesiones y no tuvimos capacidad de maniobra para buscar una alternativa, no teníamos INEF, no organizamos pachanga en Peña . . . y heme así que al despertar el sábado un vacío recorrió todo mi ser, ¿qué pasaba?, ¡que extraña sensación!, no me llegaba la memoria para verme en una igual. Tantos sábados pasados por partido que me sorprendí preguntándome en voz alta ¿Qué va a ser de mí?, ¿en que gastaré mi tiempo?, estoy como pez fuera del agua; un sábado sin fútbol es como un jardín sin flores, como un matrimonio sin hijos, como un político sin mentiras, como una adolescencia sin cosas raras. ¿Qué alguien se apiade, que hago? . . . error, tremendo error, con lo discreto que uno es, ¿como se me ocurre manifestar mis sentimientos más profundos como si nadie me pudiese oír? De repente una dulce voz me indica: -cariño, lleva a los niños a la piscina- y como si de una revelación se tratase, de repente reconozco en mi interior una frase grabada a fuego sobre bronce que me viene a decir: “la cagaste Burt Lancaster”.
Encima me piden una foto para el carné
¿podéis ayudarme a elegir?
De nada sirvieron excusas, requiebros, persuasiones, amenazas, sobornos, llantos y rechinar de dientes . . . -espabila que se hace tarde- “díxome ela”, sin piedad. Y aquí comenzó mi calvario, me obligaron a cambiar de deporte, ¿qué digo? Como va a ser un deporte obligarme a poner un gorro ridículo que me apretaba la cabeza y unas gafas prestadas que no eran de mi tamaño. Como va a ser un deporte obligarme a cargar con los gemelos y con el pequeño que no paran de hablar ni debajo del agua. Como va a ser un deporte tragar agua en un sitio donde escupe y mea el que le place. Como va a ser un deporte que tus hijos tengan como objetivo hundirte más y más y más y más. Como va a ser un deporte ir de paquete con el socorrista desde el centro hasta el borde . . .
Por lo que más queráis, ayudadme, no dejéis que el próximo sábado me obliguen a hacer deporte . . . acuático. Si alguien conoce a un trinitario que exponga mi caso.
Por cierto Hilario no me has llamado este lunes para recordarme lo de “semana feliz, gana el Aleti y pierde el Madrid”.
3 comentarios:
Comprendo tu desazon,
mas no cabe en mi cabeza
Que teniendo tu un cabezon,
No fueras preso por alguna rareza.
Advierto, lo aqui contado es de verdad,
no algo inventado para mofa y befa de la comunidad.
Por estas (?), que el proximo sabado
yo voy,... a jugar,
para evitar nuevas estupideces del prenda este.
Por cierto... Donde?
Ahora puedes reirte!
Compas, yo creo que además de divertirse escribiendo lo que escribe, Gilgado está pidiendo que digamos cuántos vamos a ir este sábado a Inef.
¿Podremos contestar?
Conmigo que sí cuente.
Adalberto
yo iré, siempre que el sabado a esa hora Eva y yo hayamos parado de reirnos de tu careto.
TOdavía no entiendo como se fijó en tí Araceli.
Sdos, GUzman
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