Urgente, cumple Guzmán (no paramos)

Hoy cumple años Guzmán Ocampo.

Lo siento pero me acabo de enterar, el Sr. Ocampo es tan discreto que no lo había manifestado con claridad.
Bueno, más que discreto parece secreto (al revés que cierta organización), pero como Guzmán es un tipo inteligente nos quiso dejar pistas sobre su aniversario. Y lo hizo con la sutilidad que le caracteriza, en un comentario de felicitación a Adalberto. Reconozco que lo leí, como hicisteis muchos de vosotros, pero no me enteré, como tampoco vosotros, de que entre sus meditadas palabras y sus conexas frases, deslizó, como quien no quiere la cosa, una referencia al día señalado: el domingo, es decir . . . hoy.

Pero como es un gran enredador, aunque no lo parece (como los buenos enredadores) mezcló lo de la nueva equipación de su equipo, lo del nuevo nombre del equipo, lo de la foto del bautizo de su primogénito y . . . lo de que la abuela fuma. El caso es liarla y hacerme escribir esto a marchas forzadas sin tener, siquiera, una mala foto que llevarme a la boca para adornar el post.

Aunque pensándolo bien igual es conveniente que no tengamos foto, porque como le dijo Berto un sábado en el que Guzmi hizo su aparición en el polideportivo con un corte de pelo recién hecho: “no te puedes cortar el pelo así porque se te pone una cara de bestia . . .” A lo que el increpado respondió: “¿pero tú te has mirado al espejo?”. La cosa quedó ahí, la sangre no llegó al río . . .aunque no recuerdo lo que pasó en el partido.


Nuestro querido Guzmán, al que vamos a cambiar lo de “el bueno”, por lo de “el liante”; ya que de no ser por este arte que practica magistralmente, no se hubiese podido casar con la dulce Eva, la de la belleza serena, ni hubiese podido alcanzar las cotas de estabilidad profesional que le permite rechazar ofertas interesantísimas, como le acaba de suceder.

Estoy a punto de retractarme de calificarle como liante, porque no parece el día más apropiado, pero es que me estoy acordando de cómo me lió el día en que nos conocimos. No se le ocurrió otra cosa que decirme que ya me conocía de vista porque me veía los domingos en Misa: “con tu mujer, que es guapísima, y con unos niños preciosos, que supongo serán vuestros”. A lo que respondí que “no, la mujer si es mía, pero los hijos son del monaguillo, no te jode”.

Es evidente que desde entonces se ganó mi corazón . . . y últimamente mis improperios por la racha de su equipo. Pero no siempre fue así. Guzmán se incorporó con nosotros haciendo un equipo de la nada, el solito. Equipo que dio muchas mañanas de buen fútbol, con unos integrantes majos donde los haya, pero que el paso del tiempo y las salidas nocturnas acabó reduciendo a la mínima expresión que conocemos ahora.

Pero como no solo de fútbol vive el hombre, Guzmán destaca en otras muchas facetas, entre las que subrayo el hacerse querer (¿será porque es bueno y no liante?).
Es una persona generosa y siempre que se le pide arrima el hombro, incluso sin pedírselo también lo hace, prueba del algodón de la generosidad desinteresada, frente a quienes ocultan su egoísmo en provecho propio, manifestando una forma de ser que no es auténtica y dejando oculta como la cara de la luna su verdadera esencia.

Acaba de ser padre, hace unos dos meses, y el niño es guapetón, seguimos sin saber por qué razón nos lo oculta, ¿será porque se parece a la madre? Y cree que eso menoscaba su prueba de paternidad . . . ¿será por dejadez? . . . o por un problema técnico como nos revela. Pronto saldremos de dudas.

Querido amigo Guzmán, el Guti del campeonato, necesitamos tu presencia, no te rajes. Haber si metes un gol, que nadie recuerda cuando fue la última vez. Muchas felicidades y el año que viene no nos pillarás desprevenidos.
Por cierto ¿Cuántos cumples?