La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de diciembre de 1993 la resolución A/RES/47/193 por la que el 22 de marzo de cada año fue declarado Día Mundial del Agua, a celebrarse a partir de 1993, en conformidad con las recomendaciones de la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo contenidas en el Capítulo 18 (Recursos de Agua Dulce) de la Agenda 21.
Se invitó entonces a los diferentes Estados a consagrar este día, en el marco del contexto nacional, a la celebración de actividades concretas como el fomento de la conciencia publica a través de la producción y difusión de documentales y la organización de conferencias, mesas redondas, seminarios y exposiciones relacionadas con la conservación y desarrollo de los recursos hídricos así como con la puesta en práctica de las recomendaciones de la Agenda 21.
En ésta línea La Asamblea General de la ONU declaró el Año 2008, Año Internacional del Saneamiento. En consecuencia, el Día Mundial del Agua 2008, que se celebrará este año el jueves 20 de marzo, hará énfasis en cuestiones relacionadas al saneamiento, de conformidad con lo establecido para este año. Personas de todo el mundo están invitadas a celebrar este día resaltando la importancia de los desafíos mundiales del saneamiento.
Me imagino que todos pensamos “Ah, eso está bien, es muy necesario”. Bueno, en fin, teniendo en cuenta el buenismo que nos invade; estamos de acuerdo en que “se haga algo”, pero evidentemente no nos importa mucho lo que se haga, y eso que lo pagamos con nuestro dinero. Al final éste tipo de iniciativas quedan circunscritas a una serie de declaraciones institucionales, más o menos adecuadas y, sobre todo, muy correctas políticamente (ver http://unesdoc.unesco.org/images/0015/001584/8456s.pdf), además de unas cuantas imágenes de negritos lavándose con regaderas o con urinarios.
A mí me gustaría que a todas las personas que lean esta reflexión les quedaran claras dos cosas con respecto al mundo del agua:
Es un bien escaso, pero es más escasa muchas veces la voluntad para desarrollar actuaciones que permitan su correcta utilización, lo que demostraría que aunque escaso es suficiente. Baste recordar que la realización de infraestructuras, tanto para almacenarla como para transportarla, está sujeta a manipulación política (en éste caso podemos mencionar lo que ha pasado con el famoso PHN, dicese PLAN HIDROLOGICO NACIONAL, pero eso es otra historia). Para justificar la situación tiene especial importancia el famoso tema del precio. En España el agua siempre ha tenido un precio político (siempre un poco mas barato que el ayuntamiento de al lado), donde se ocultaban las miserias de nuestros sistemas de abastecimiento, totalmente subvencionados en vez de gestionados. Baste decir que un metro cúbico (1000 litros, o sea unas 667 botellas de esas que compramos en el super), cuesta una media de 1,85 €/m3 (incluido saneamiento), mientras que en Dinamarca cuesta 6 €/m3 y en Alemania 5 €/m3 (Coruña 0,80 €/m3, pero ya sabéis como saneamos el agua). Surge una pregunta, ¿es cara el agua?. Si queréis algún día lo comentamos con calma.
No es comparable la situación del agua en el mundo “occidental” (o civilizado), que en el resto del mundo (subdesarrollado), donde las políticas encaminadas a la subvención han conseguido situaciones de extrema pobreza, no sólo económica, sino moral.
No podemos utilizar como imagen para mejorar nuestra situación las que a veces se imponen en los medios de lugares remotos del África subsahariana o del extremo oriente superpoblado. Esa es una realidad que está más ligada a intereses políticos que a una verdadera falta de agua (el agua es el oro liquido, dado que es imprescindible para la vida). Desde mi punto de vista lo que pasa es que en éstos países la voluntad por resolver el problema es todavía menor, o quizás es una forma de mantener los que hay.
Este esbozo de la problemática del agua parece tener un horizonte feliz en la Europa moderna gracias a la puesta en funcionamiento de la llamada DIRECTIVA MARCO DEL AGUA. Esta directiva establece, aparte de otros muchos aspectos, dos que considero vitales para acabar con algunos males endémicos:
Principio de recuperación de costes. Esto permitirá que cada sistema de abastecimiento se financie directamente con la tarifa que paguen los usuarios, sin recurrir a subvenciones que desvirtúen el precio. De facto esta medida implica la entrada de la competencia en el monopolio del agua, al obligar a las empresas a optimizar sus recursos, para mantener los precios controlados.
Políticas encaminadas a la protección del recurso. Es decir, el agua que cada comunidad extraiga para su uso de la naturaleza debe ser reintegrada en perfectas condiciones y, además, debe valorarse el coste medioambiental. Este se determina en función del daño que para el entorno suponga la detracción del agua para uso humano, lo que significa que cada gestor debe implantar las mejores tecnologías para incrementar rendimientos y reducir costes.
Sin embargo en el mundo llamado subdesarrollado, o tercer mundo o como quiera que se pueda llamar, el futuro no parece tan bueno. Simplemente basta echarle un vistazo a la web www.unesco.org/water para entender que las soluciones que los países desarrollados tienen para el problema del agua pasan por la limosna, es decir, les seguimos dando el pescado y no les enseñamos a pescar.
Como comentario final quiero dejar constancia que la mejor forma que tenemos de preocuparnos por el agua es utilizarla racionalmente. La cantidad de agua que gastamos está ligada al nivel de vida y es evidente que las políticas de ahorro deben estar orientadas al uso eficiente, no al ahorro cuantitativo, dado que éste último significa a la larga una perdida en las condiciones de vida que todos hemos luchado por conseguir y una limitación en el desarrollo de las comunidades.
Ricardo Vázquez.
1 comentario:
Es la tercera vez que voy a intentar invitar a participar a todo el mundo.
Escribía hace un minuto que tras el magnífico artículo sobre el agua de Ricardo podríamos mojarnos un poco cada uno de nosotros y escribir un comentario. Así daríamos vida al blog y nos divertiríamos tanto como en el fútbol.
Así que al agua patos. Hasta los patosos aprendemos a nadar. Que no quede nadie sin mojarse
Adalberto
Publicar un comentario