En la
reunión que tuvimos el sábado anterior al inicio del torneo de otoño departimos
sobre tres aspectos del Campeonato:
1.- Uso de
las instalaciones.2.- Colaboración en la intendencia.
3.- Respeto entre los participantes
En el
primer grupo, USO DE LAS INSTALACIONES, quedó patente la necesidad de cumplir
con el horario establecido para no alargar, innecesariamente, la ocupación de
las mismas. Y evitar de este modo el quebranto económico, de planificación y de
deferencia hacia los demás compañeros, que supone la impuntualidad.
En las
tres primeras jornadas se ha evidenciado un cambio en la tendencia y podemos
felicitarnos por haber alcanzado el objetivo que nos propusimos. El ejemplo de
la gran mayoría contagiará a los pocos rezagados que van quedando.
En el
segundo grupo, COLABORACIÓN EN LA INTENDENCIA, nos centramos en dos aspectos:
cuidado de los balones y colocación de los conos que delimitan las áreas.
En cuanto
al cuidado de los balones hay que decir que vamos bien, no hemos perdido
ninguno, pero me gustaría reseñar que no nos hemos impuesto más norma que la de
“la buena voluntad”, que se traduce en la concienciación que debemos tener los
participantes en recuperar los balones que salen de la cancha. La denominada
ley de la botella, el que la tira va a por ella, puede ser una referencia, a mi
modo de ver más propia de un patio de colegio que de una competición de adultos
responsables, pero no puede convertirse en una exigencia contra el sentido
común y contra la caballerosidad. Y me explico con la casuística:
- Si un equipo tira el balón al exterior
del recinto, o fuera del enrejado hacia los edificios del Inef, lo lógico es
que vaya a recuperarlo alguno de sus jugadores y no tiene por qué hacerlo el
autor del pelotazo.
- Si ese equipo no cuenta con reservas y
el contrincante sí lo lógico es demostrar la elegancia que tiene que primar en
nuestro comportamiento y que uno de los jugadores del otro equipo, que no esté
en el terreno de juego, lo recupere.
- Si los dos equipos solo cuentan con
los efectivos que están sobre el terreno de juego lo lógico sería que el del
pelotazo o alguno de sus compañeros se desplacen a por el balón, y, claro está,
que se pare el juego, que no el tiempo. Ya que no se debería tardar en la
recuperación del balón si se va a buscarlo con inmediatez.
- Si el balón se va a la casa de las
palmeras es preferible esperar hacia las doce para no molestar.
Se trata
de que prime el sentido común y la caballerosidad. Y por supuesto que no se
aproveche para perder el tiempo cuando el resultado nos favorece.
En cuanto
a la colocación de los conos y su recogida no acabamos de tenerlo en cuenta
cuando llegamos al campo y cuando terminamos.
En el
tercer grupo, RESPETO A LOS PARTICIPANTES, tratamos las faltas de consideración
con hechos o palabras hacia los jugadores y hacia las personas, en algunos
casos menores, que los acompañan.
Tenemos mucho
trabajo por delante en este apartado que sin lugar a dudas es el más importante
porque hace peligrar la continuidad del Campeonato. Todos pretendemos pasar una
mañana de sábado agradable y no una mañana tensa. Y todos queremos, o
deberíamos querer, poder mirar a la cara de todos los participantes sin
encontrarnos con la del que nos ha faltado al respeto en la jornada anterior.
Ni los
demás vienen a engañarnos ni a robarnos; ni nosotros vamos a lesionar, a
insultar, a blasfemar o a no pasar ni una.
Venimos a
jugar, a competir, con compañeros de afición que pueden acabar siendo amigos. Y
no venimos a golpear, mentar a la madre de los presentes, cagarnos en todo lo
habido y por haber, ni a gritar como posesos. Porque al final los primeros se
quedan y los segundos se van y no debemos desaprovechar otra ocasión más de consolidar
seis equipos y dar el salto a una liga de ocho.
Es el
deseo de la mayoría que los inmoderados se moderen y que comamos perdices y
juguemos felices.
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