A las doce ajustada victoria de Insulae sobre Huargo
Los vino tinto fueron diez y, más o menos, puntuales para enfrentarse con los celeste y dirimir el empate de la primera vuelta. Insulae está probando los cambios tácticos, necesarios, que le saquen del pozo dónde se ha metido. En la primera parte los ejecutaron con rigor y con disciplina, lo que les valió adelantarse en el marcador con un cuatro a cero que parecía cerrar el partido. Pero ya fuera por el acierto de Huargo o por el desconcierto de Insulae la cosa es que quién iba perdiendo empezó a ganar y quién iba ganando empezó a perder. Cambiando los protagonistas parecía un encuentro clonado al del empate comentado (¡toma pareado!), si no fuera por las órdenes que procedían de todas las gargantas de Insulae y que forjaron que el equipo, al final, se llevase los tres puntos, trabajados y sudados.
A las doce Coinasa da buena cuenta de Anarquía.
Lo que parecía un espejismo realmente era un espejismo. Los anaranjados y simpáticos jugadores que semana tras semana nos mantienen en vilo y nos hacen deshojar la margarita del ¿se presentarán? ¿no se presentarán? Y ¿a qué hora vendrán?, se presentaron y a su hora (cada uno a la suya). Y por aquello de hacer la machada empezaron marcando, esta vez en puerta ajena, y alegrando la mañana. Pero como poco dura la alegría en casa del pobre el despliegue de medios que todos los sábados ejercita Coinasa acabó con el jolgorio devolviendo las cosas a su estado natural y al mantenimiento de la esperanza de llegar al triunfo final, ya que las matemáticas no se lo impiden.
A la una y cuarto Peter’s empata “in extremis” con La-Estilo.
Partido muy disputado entre el líder y el aspirante. Lo de “in extremis” no es una licencia literaria, es la pura realidad. Faltando unos treinta segundos, y perdiendo de uno, Antón Ares, portero de Peter’s sale de su área con el balón, avanza hacia la línea de medio y sin que ningún jugador amarillo salga a su encuentro, busca la portería contraria y la encuentra, con un tiro que entra cercano al palo derecho; obteniendo un punto y una victoria moral.
Se jugaron catorce segundos más. Suficientes para que La-Estilo se diese cuenta de cómo había dejado escapar un partido que parecía tener controlado y los tres puntos que habrían puesto más emoción al torneo.
Los vino tinto fueron diez y, más o menos, puntuales para enfrentarse con los celeste y dirimir el empate de la primera vuelta. Insulae está probando los cambios tácticos, necesarios, que le saquen del pozo dónde se ha metido. En la primera parte los ejecutaron con rigor y con disciplina, lo que les valió adelantarse en el marcador con un cuatro a cero que parecía cerrar el partido. Pero ya fuera por el acierto de Huargo o por el desconcierto de Insulae la cosa es que quién iba perdiendo empezó a ganar y quién iba ganando empezó a perder. Cambiando los protagonistas parecía un encuentro clonado al del empate comentado (¡toma pareado!), si no fuera por las órdenes que procedían de todas las gargantas de Insulae y que forjaron que el equipo, al final, se llevase los tres puntos, trabajados y sudados.
A las doce Coinasa da buena cuenta de Anarquía.
Lo que parecía un espejismo realmente era un espejismo. Los anaranjados y simpáticos jugadores que semana tras semana nos mantienen en vilo y nos hacen deshojar la margarita del ¿se presentarán? ¿no se presentarán? Y ¿a qué hora vendrán?, se presentaron y a su hora (cada uno a la suya). Y por aquello de hacer la machada empezaron marcando, esta vez en puerta ajena, y alegrando la mañana. Pero como poco dura la alegría en casa del pobre el despliegue de medios que todos los sábados ejercita Coinasa acabó con el jolgorio devolviendo las cosas a su estado natural y al mantenimiento de la esperanza de llegar al triunfo final, ya que las matemáticas no se lo impiden.
A la una y cuarto Peter’s empata “in extremis” con La-Estilo.
Partido muy disputado entre el líder y el aspirante. Lo de “in extremis” no es una licencia literaria, es la pura realidad. Faltando unos treinta segundos, y perdiendo de uno, Antón Ares, portero de Peter’s sale de su área con el balón, avanza hacia la línea de medio y sin que ningún jugador amarillo salga a su encuentro, busca la portería contraria y la encuentra, con un tiro que entra cercano al palo derecho; obteniendo un punto y una victoria moral.
Se jugaron catorce segundos más. Suficientes para que La-Estilo se diese cuenta de cómo había dejado escapar un partido que parecía tener controlado y los tres puntos que habrían puesto más emoción al torneo.
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