Vía Crucis, séptima estación.

Por lo menos para Insulae, que tuvo su oportunidad y la perdió, como el partido, a manos de Javier Ares y los suyos, que con sus veinte goles ocupa la cabeza del pelotón del “Primus inter pares”. Javier Santiso no se quiere quedar atrás en el Zamora y así se lo participó a los vino tinto. También vía crucis para Huargo que disputó un partido de tú a tú a Peter’s, muy igualado, hasta que se oyó el consabido “TOOOOMA”, grito de guerra de los de rosa y anuncio de lo esperado que no es, como piensan algunos, ningún tipo de ofensa sino la contracción del conocido: “Toma Geroma pastillas de goma”.
Y once de las estaciones en el camino del Gólgota se las anotó Coinasa, en forma de goles y de manera incruenta, a los anaranjados anarcosindicalistas. Quién te ha visto y quién te ve “Tu quoque, Adalberte, fili mi” que diría Cesar; te has pasado a la cáscara amarga y te amargan la existencia mañanera del “shabbath”. Hasta “Fillo” que juega de central sube y marca . . . quién te ha visto y quién te ve.

Tres partidos quedan y tres cosas que no hemos alcanzado como debiéramos, si de cumplir con lo pactado se tratase. A saber:
1º Puntualidad.
2º Uniformidad.
3º Inscripción de jugadores.
Sobre las dos primeras no insistiremos, pero la tercera puede convertirse, en este tramo final del torneo, en una espada de Damocles pendiente sobre la cabeza de los aspirantes al título. Lo que habíamos acordado era que, previo a los partidos, los equipos deberían enviar los datos del o de los nuevos jugadores que quisiesen incorporar. Esto no se ha cumplido en todos los casos, pero a cambio hemos conseguido una comparecencia aceptable. Sin embargo ahora se podría desvirtuar el tramo final si se diese el caso de incorporaciones de última hora para ganar unos puntitos muy necesarios. Es por ello que, para evitar malos entendidos, se ruega que se comunique con la antelación suficiente la inscripción, si la hubiese, de nuevos jugadores.

Y para deleite de muchos y regocijo de algunos vamos con el reportaje fotográfico . . . que es lo que semana tras semana se espera.