jueves, 4 de junio de 2009

De caprichos, pataletas y pocas entendederas.

Parece mentira que después de tantos años con el campeonato me tenga que seguir encontrando con personajes extravagantes capaces de malentender o confundir la naturaleza del mismo. Si por lo menos fuese para arrimar el ascua a su sardina se podría disculpar con aquello de que existen fuertes intereses que obnubilan los sentidos. Pero es que ni por esas, no hay ni ascua ni sardina que llevarse a la boca. Y me pregunto ¿cómo es posible que vengan a dar consejos, o patadas, los que, según parece, solo se preocupan por jugar? ¿Acaso, estos menesterosos, tienen un programa alternativo para que disfrutemos, año tras año, torneo tras torneo, de algo que no tiene parangón? ¿Hay alguna otra inquietud que no sea la de meter el dedo en el ojo de quién mira por el conjunto? . . . En fin que las relaciones humanas sean complejas, pase; pero que las relaciones humanas sean torpes, no pase.
Para alimento de almas necesitadas y para instrucción de los que llevan menos tiempo entre nos vuelvo a repetir, porque parece no haber quedado claro (sorpresas te da la vida), lo que vengo diciendo desde hace un montón de años a todo aquél que puede oír y a aquellos privilegiados que saben escuchar: el origen y los fines de esta actividad tan querida . . . que no es de todos, sin más, sino de quien la merece.
Señoras y señores, servidor y los que me vienen ayudando y alentando desde tiempo inmemorial (¡cuidado despistados! Ayudar y alentar no es zancadillear) para perseverar con esta actividad que a muchos le parece muy buena y que a mí no me acaba de convencer ¡¡¡NO SOLO CONSISTE EN IR TODOS LOS SANTOS SÁBADOS DEL AÑO A JUGAR!!! Además tenemos otras actividades complementarias que para quien escribe son TANTO O MÁS IMPORTANTES que la mera práctica futbolística. Esto, lo he dicho, lo he escrito, lo he cantado y lo he bailado . . . y todavía hay quien me espeta que no mezcle las cosas . . . cuando las cosas no es que estén mezcladas, están revueltas, están mixturadas, están enlazadas, están, en definitiva, tan pegadas que solo se podrían separar rompiéndolas ¿Es eso lo que quiere alguien? Pues lo siento por contradecir las falsas expectativas si las hubiere, porque las cosas van a seguir siendo como han sido. ¿Qué como han sido? Podrían preguntarse los recién incorporados de El Mundo o de Burguer, u otros nuevos jugadores de los demás equipos. Y para contestar esa pregunta me tengo que remontar, y me remonto, a los orígenes que más de uno ha vivido conmigo.
Hace, más o menos, diez años se suspendió un torneo organizado por el APA del colegio por el desagradable ambiente que se había creado en torno a una competición que duraba diez o doce semanas. Se había perdido el sentido de la misma que no era otro que fomentar la relación de los padres y amigos entre sí y de estos con el colegio. Llegando a primar el ansia de victoria, como fuere, por encima de todo lo demás, se perdió la concordia y se organizó el lío. Algunos aprendimos que para mantener una liga permanente con las dosis de competitividad necesarias para no aburrir al personal y evitar, a la vez, la falta de caballerosidad que impera en este querido deporte, teníamos que conseguir que los jugadores se conociesen y debíamos procurar motivos y espacios de encuentro para ello.
Por otro lado no quisimos olvidar el ideario del colegio y los muchos medios que pone a disposición de padres, profesores y alumnos.
La idea es sencilla y la voy a expresar en Román paladino, lengua en que suele hablar el pueblo a su vecino; para evitar salir a tortas todos los partidos vamos a implicarnos en una serie de actividades, que ya daba el colegio, pero, ahora, para los que participasen en el campeonato.
Actividades que fueron surgiendo con una buena dosis de espontaneidad. Por ejemplo, éramos tan burros que falleció el padre de un jugador y siendo el sábado el entierro ni se suspendió la jornada ni el partido, ni tan siquiera se comunicó al resto. A algunos, con vergüenza ajena, se les ocurrió organizar un funeral en el oratorio del colegio al que asistieron los que pudieron, o quisieron, previa información general. Coincidió que un año después también falleció la madre de otro de los nuestros y desde entonces venimos celebrando una misa funeral por los difuntos de los que jugamos. Otra muestra: Coincidió, en un mes de mayo, que la mujer de uno de los nuestros estaba fuera de cuentas pero el bebé se encontraba muy cómodo y no quería dejar el cobijo materno. Lo solucionamos fácil, quedamos para rezar el rosario antes de un partido y el interesado no lo pudo jugar porque recibió la llamada de su santa esposa nada más terminar con los rezos, para anunciar lo esperado. Al año siguiente repetimos la experiencia porque un familiar de uno de los nuestros estaba pasando por una enfermedad complicada. Desde entonces venimos organizando una romería antes en el cole y desde hace cuatro años en Montecelo.
Más madera que es la guerra. Empezamos con labores formativas cuando alguien se le ocurrió que sería bueno, para conocernos mejor, saber algo más de las profesiones que usaban los nuestros cuando no estaban jugando a fútbol y resultó una experiencia interesante de la que posteriormente surgió el seminario sobre el éxito profesional. En este orden de cosas también se han venido sucediendo charlas de formación espiritual e incluso desde hace tres años hacemos un paradita para el curso de retiro.
A la par, durante el curso académico, solíamos tener varias cenas y otras tantas comidas. Los más atrevidos llegaron, incluso, a proponer que tanta actividad requería un paraguas a modo de fundación o asociación. De esa inquietud nació “lacomunidadelvino” que solo quedó en un blog y en el recuerdo de muchas risas acompañadas de buenas viandas y mejores caldos.
Y hablando de blog tenemos “comentaelpartido” que surge también con la idea de integrar, dando a conocer no solo aspectos deportivos. En “no solo de pan vive el hombre” se pueden expresar conocimientos, inquietudes . . . en “perdón, ¿nos conocemos?” tratamos el lado humano de los jugadores y familia, si la hubiere . . . etc.
Todo esto, que supone no poco esfuerzo organizativo, recoge un amplio elenco de posibilidades que cada uno ha ido cogiendo según sus preferencias: a los piadosos le vienen muy bien los rezos, a los intelectuales les resulta atractivo el plano formativo, a los cachondos les mola el jolgorio, a los casados les pirran las cenas, a los que tienen niños les molan las comidas . . . en definitiva una oferta para que todos puedan participar y conseguir que nos tratemos como colegas de afición y no como rivales a los que machacar.
Esto, que alguno se permite el lujo de impugnar alegando que no se debe mezclar con los partiditos del sábado, es por lo que un servidor sirve. Y no sirvo, o mejor dicho ¡no me da la gana! de ser un servidor en un, solamente, campeonato de fútbol sala. Si quisiese organizar eso lo haría sin palmar pasta primero, segundo en otro sitio y tercero sin remangarme. Pero, gracias a Dios, tengo muy claro lo que quiero y cómo lo quiero, y, por supuesto, cómo no lo quiero. Y viene a suceder que no lo quiero tal y como se está desarrollando.
La situación presente se desenvuelve en un plano inclinado, pero no por el que se sube con esfuerzo con ánimo de alcanzar un logro, no, todo lo contrario vamos marcha atrás y sin frenos.
En los dos últimos cursos hemos conseguido anular casi todas las actividades y estamos a punto de conseguir finiquitar la que para alguno es fundamental, la que para alguno es más importante que el respeto o la educación. La que para alguno, si le falta el sábado, es capaz de lanzarse al ruedo para exigir no se qué derechos, olvidando que es un invitado y encima desagradecido.
Damas y caballeros el hecho de tener que suspender la romería de Montecelo para mí, para el servidor que no encuentra reciprocidad, ha sido la gota que ha colmado el vaso, que digo el vaso, la vasija, o mejor el cántaro de mi paciencia. He aguantado casi dos años viendo la torpeza de nuestras acciones; sufriendo los desahogos en el polideportivo de los que ven enemigos en vez de rivales; organizando y desorganizando, ya soy un tremendo experto, comidas, meriendas y cenas, charlas y saraos. Componiendo equipos y por desgracia descomponiendo también (cuando la necesidad apremia . . .); soportando la carga del blog semana tras semana, con su ración de comentarios anónimos injuriosos y otros, aunque firmados, completamente desesperanzadores; felicitando cumpleaños vuestros que no eran correspondidos ni por los del equipo del homenajeado; Abriendo el primero y cerrando el último, desde casi las diez hasta, no pocas veces, las tres sobradamente pasadas. Luchando hasta el cansancio (de los otros) con los que nunca vieron bien nuestro campeonato, y dando como argumento razonable, ante la querencia de cobrarnos un importante alquiler por el uso de las instalaciones, el que nuestra actividad recogía, “de la pe a la pa”, el ideario y la forma de hacer del colegio que nos acoge, como ha quedado suficientemente descrito. Pidiendo confirmaciones de asistencia que nunca llegaban . . . podría seguir con otros detalles feos, si alguno tiene interés me lo pregunta.
Y me he cansado, me he aburrido de esperar . . . vuestras contestaciones que no llegan, si ya lo decía mi abuela, que en paz descanse, “el correo está muy mal”. De entre todos vosotros solo recibí doce respuestas de las que siete confirmaban su asistencia y cinco disculpaban la suya. ¿Qué se siente cuando el servidor, o el siervo, se hace el loco? ¿Y cuando el servidor se pone de perfil, detrás de una esquina o se embosca? ¿Qué pasa? ¿Jode la falta de educación? ¿Entendemos el significado de reciprocidad?
Y todavía tengo que leer despropósitos como estos:
“No quiero jugar en una liga al capricho de una persona.Para mí la liga es de todos, los que vamos y los que nos dejan. Yo no estoy a las órdenes de nadie, y sí en compañerismo con todo el mundo.Para mí la reacción fue un capricho, y ahora la considero un capricho peligroso que yo no pienso dar alas”.
“. . . el mezclar las cosas, como has hecho, no deja más que poner de manifiesto que esta actitud obedece a una pataleta absurda . . .”
“ . . . por respeto, merecemos una explicación . . .”
Pues señores, no es un capricho, no es una pataleta, es determinación.
Y respeto nos merecemos todos, hasta el servidor, ¿vale con esta explicación?
No quiero terminar sin decir que no encuentro responsabilidad ni en “El Mundo de la noche” ni en “Burguer King”, acaban de llegar, tampoco en los nuevos fichajes de otros equipos. Los demás que cada palo aguante su vela.
Quiero agradecer la valentía, la generosidad, la gallardía y el saber estar por sus palabras de ánimo durante estos aciagos días a: Santi Estévez, Juan Caridad, Carlos Carretero, Tino Lobo, Víctor Corostola, José Vicente Echevarría, Nacho Amostegui, Ricardo Vázquez, Ignacio Pérez, Fernando de Uña y Carlos de Tena. Por supuesto, eternamente agradecido a los pocos que contestaron a mi último correo. Estos mimbres son más que suficientes para hacer nuevos cestos.
El servidor va a seguir organizando el cotarro y cuento con todos aquellos que quieran el campeonato como ha sido, no es y será. La segunda vuelta está en marcha, aunque personalmente no tenga la suficiente motivación para seguir con las tareas recaídas sobre mis espaldas y considere que la pedagogía es buena: estamos teniendo el ejemplo de lo que sucedería si el servidor adopta la postura de brazos caídos que se ha puesto de moda.
A partir de ahora se irá invitando, personalmente, a los que quieran encajar en el nuevo orden de cosas para, una vez terminado este torneo, empezar a reorganizar equipos y delegados.
Siento mucho las bajas, los nervios, angustias y demás. Y pido disculpas por si alguien se ha podido sentir ofendido por mis palabras, aunque son hechos contrastados, hubiese preferido no tener que publicar esta entrada en el blog “pero encima de puta no voy a pagar la penicilina”.
¡Viva la catarsis!

1 comentario:

Requeno dijo...

pues aplícate en cuento¡ Una cosa es que tengamos que pensar y hablar, y por supuesto decidir; lo que queremos hacer. Otra muy distinta demonizar a algunos por algo que es responsabilidad de todos.

Ya sebes que aprecio y valoro tu esfuerzo y dedicación, que por otro lado no es completamente altruista, pero entiendo que todos tenemos la misma responsabilidad, con lo que no demonicemos a algunos.